El Club de los Dueños (en crisis)

Thursday, November 22, 2007

Hace poco hablé del club de los dueños. Esta noche me puse a compartir con gente del club que quiere cambio inmediato, obligatorio y presionado de Junta Directiva. Me pongo a pensar y entiendo por comprensión lógica que toda decisión tiene su consecuencia política, dicho esto, la negación a la propuesta de cambio en el juego de gobierno implica la salida del líder máximo, pues, su plan de acción es rechazado. Lo que me lleva a pensar que los socios del club que quieren la salida del líder, tienen que batallar con todo, como si fuera y en efecto es el último costado que el enemigo le deja vulnerable. La lucha política va más allá del orden de palabras para un discurso: va hacia la materialización de las ideas con las masas. No sería responsable pensar en carreras políticas a futuro en momentos que el club ve amenazadas sus bases fundamentales. Los socios del club siguen sin ponerse de acuerdo, unos por vivir de palabras, otros por intereses, algunos por realistas. La pobreza, la deuda externa, la cuarta república, la derecha disfrazada de izquierda, la devaluación, el paro petrolero, el paro general, el referéndum, rctv se suman en la lista de reclamos y sugerencias de la oposición, que ahora con la reforma parece seguir teniendo la misma conducta tras tanto. Ante todo esto, la Junta Directiva hace lo suyo para seguir manteniéndose donde está y con miras mas allá. El levantamiento de una clase o varias está por verse si se rechaza la propuesta, un levantamiento que habría de arrastrar al Presidente. La Junta ha demostrado que en todas las instancias ella gana, menos en una: la calle. ¿Es posible cambiar la Junta cuando ha creado instituciones de Estado cuyo fin es mantenerla? ¿Acaso el Presidente va a jugar contra sí mismo? Para lamento del lado opositor, no lograr el consenso es decretar el entierro político de unos buenos socios.

YO NO SOY UNA CUAIMA

Monday, November 12, 2007

Eh, bueno, grave error haberlo dicho, ese perfecto conjunto de palabras son pronunciadas por la boca de todos aquellos y aquellas que toman el impulso de cuerdas vocales desde el órgano de Jacobson para darle un tonito equivalente al un escupidazo de veneno. Pues, si, así así, son o somos, vale incluirme por pocos segundos en este paquete. Siempre se debate, si eres o no eres, pero muy poco si es bueno o es malo. En mi peculiaridad no cabe ser malo o bueno en todo esto, si serlo o no serlo, más bien para tu peo cuando debas hacerlo, empújalo cuando haya que empujarlo y escúpelo cuando haya que escupirlo, es una orden, tal cual ‘tigra cazadora”, mejor conocida en la elite como Spilotes Pullatus, para culturizarnos un poco. Sacudiendo un poco las escamas, me he podido dar cuenta de eso, claro que todo tiene su punto de equilibrio, si fortuitamente la balanza se pone a tu favor pues bríncale entonces a esa perra. Uno o una no anda por ahí sacando la lengua a cada rato pero un simple sonidito es necesario “Ujum”. Retomo lo que antes decía, la cuestión si es bueno o malo, cada quien que bata su culo como la cascabel y después que eche su mordidita como la mapanare, si está bueno o está malo es cuestión de acitud, JA! Yo no soy una cuaima, sino que te lo diga mi comadre, que no pasa a un cabrón, aquella, que no sé porque le dicen la tragavenados.

Crónicas de Ciudad Caótica

Tuesday, November 6, 2007



Muy distante de parecerse a Ciudad Gótica está nuestra Gran Caracas. Llena de malhechores pero sin superhéroes. Bien llena de supuestos bienhechores como yo, Gabofla. Entre el desastre de picos y placas, manifestaciones civiles, falta de leche y necesidad de travesuras de gallo, estamos deambulando por este desastre con una gran sonrisa o una gran jalada en nuestras caras viendo, viviendo, sorprendiendo, aprendiendo y escondiendo el asombro de vivir en Ciudad Caótica donde el día y la noche nos dan igual. En Caracas hay mucho que hacer pero poca oportunidad de resolver y más que mal es por bien preferiblemente andar igual de caóticos porque de lo contrario las altas cuentas de la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos dejarían a los sastres y a las costureras sin trabajo como así ya los amenaza la incesante escalada de los bolívares fuertes, quien me viera en traje de Adán subiendo y bajando las escaleras del Tolón Fashion Mall o mejor aún como futuro maniquí de Giovanni Scutaro. Más caótico aún resulta la tercera edad al volante que sigue manejando en las calles, avenidas y autopistas ya colapsadas y que dado su tiempo de vida, desaceleran el acelerador. No obstante, en Ciudad Caótica hay que saber administrar el “sencillo fuerte” pues en cada semáforo hay personal uniformado y hasta entrenado para pedir colaboración con nobles causas: sida, cáncer, minusválidos, damnificados, desempleados y afines, más cualquier ocurrencia de un caótico que sepa vender su idea en 30 segundos mientras cambia la luz. El CaoticBus, eso si es caótico, las sardinas en las latas van mejor, bañadas en un aceite de oliva que nada puede compararse con la humedad olorosa de los caóticos. Continuaré esta caótica historia...




Un caso particular en Ciudad Caótico. En un apartamento de alguna zona rica de la ciudad un chico que a sus 21 años se había confesado por siempre gay se miró al espejo tras varios días de tristeza por su relación y se preguntó con una mirada sorprendida y penetrante si pudiese tener una erección frente al cuerpo de una mujer por temor a quedarse sólo y le entra la idea de poder imaginarse, si quiera, la posibilidad de tener una familia con hijos. Le puede ocurrir que aparezca la mujer ideal como puede ocurrir que aparezca el hombre ideal antes de dicha mujer o incluso después, como puede que ese o esa nunca aparezca. Por cuestiones del destino el chico se aventura en un pensamiento donde una mujer se monta en ese barco (de temor o de una idea descabellada). En su sueño tras varios intentos se logra la satisfacción plena en sexo con la mujer con la que más adelante se hubiese tenido un par de hijos y tener una gran retrato familiar en una de las grandes paredes de su casa, él, su señora y sus dos hijos, una hembra y un varón. Al reaccionar del pensamiento, el chico se dijo, - Es un pensamiento, es un sueño, se puede hacer realidad- con cierto tono de ambigüedad en su tono. Ese pequeño caso de Ciudad Caótica me pone a pensar sobre como son las vidas de muchas parejas que si saben de fondo porque están juntas y con quién se está como también podría dar de que pensar sobre aquellas que no tienen la más mínima idea. La mente humana es capaz de desarrollar esos pensamientos y esa vía de desahogos llenos de dudas, angustias y faltas, lo que podría hacer que algunos estén con otros por esas mismas dudas, angustias y faltas. 


Llegué caminando con un amigo a un banco de la ciudad y en la entrada, ante la puerta de vidrio con tubos nos encontramos a un señor bajito, de bigote, gordito, con una traje azul viejo y feo, gritándole imperativamente al vigilante: “abreme, abreme!”. Nos quedamos estupefactos ante tal escena. El vigilante le abrió la puerta desde su cubículo ubicado frente a la puerta, y ahí aprovechamos y entramos nosotros. Luego llegó la señora que limpia, con un trapito amarillo, húmedo, feo, que de mala gana medio pasó por los tubos de la puerta y con ceja alzada se quedó mirando al vigilante diciéndole con sus ojos: “bueno, estúpido, abreme”. El vigilante le abrió a la señora. Luego yo me antojé de salir del banco y agarré un tubo de la puerta y comencé a agitarla, queriendo decir con mi actitud “bueno, imbécil, ábreme”. El vigilante me abrió la puerta. Después de todo, me pregunté: ¿Cuántas personas fuimos burda de mal educadas y tratamos mal al pobre vigilante en menos de tres minutos? Ese trabajo es bien malo o la gente es muy cabeza de *^=%·”. Lo más probable es que el vigilante se diga a sus adentros: “sal cabrón”. ¿no?

Usa tu arma

Sunday, November 4, 2007

Hay unos que dicen “salgan a las calles”, “díganle no a este gobierno”, “hasta morir por la libertad”. Ahora me pregunto yo “¿ese es todo el plan? ¿pasar días en las calles es suficiente? ¿hay gente comprometida con una estrategia?”. Espero y aspiro que las respuestas a esos cuestionamientos sean veraces, responsables y oportunos porque me avergonzaría una vez más ver como supuestos líderes de una sociedad civil caen en abismo de la subestimación y el azar. Que triste el país que se hunde por falta de orden. Que triste la sociedad que no escapa de su propia pesadilla. Responsabilidad, estudio y concertación es lo que más falta hace en aquellos que llaman a las calles contra un sistema casi perfecto de corrupción e indolencia. Las armas de aquellos países sufridos por xenofobia, racismo e intolerancia política no han sido otras que la organización, la unidad y el honor a la supervivencia en paz. Los venezolanos no podemos ser irresponsables con nuestra historia. Los venezolanos no podemos ser desorganizados políticamente. Los venezolanos no podemos ser desconcertados con nuestro futuro. De no ser lo suficientemente comprometidos con nuestros pensamientos estamos condenados al atraso global, escasez ideológica y hambre de libertad humana. Tu pensamiento es tu arma, tu vida es la razón de usarla, tu energía debes aprovecharla y tu mente será quien te juzgue.