Y es que una vez mas fundido en la potencia del pensamiento: Grande el hombre que se alza sobre la permanencia de la materia. Nuestra existencia, a mi parecer, no está limitada la presencia de materia, como el cuerpo humano, vamos más allá por ser seres de luz. Ahora bien no todos son o somos capaces de reconocer dicho don porque esto ciertamente asi lo es, un don. La luz, presencia sin forma aunque sí cargada de energía. Porque se siente, porque está. Dentro de toda esta comprensión de la luz caemos en la intensidad que le demos a la misma porque solo cuando nos dedicamos a crecer y a meditar podemos expandir mas allá de lo visible la fuerza e influencia de nuestra luz en el universo, en la forma como infuimos en los demás, con una mirada, un gesto, una palabra, un pensamiento puede ser más que suficiente para demostrarlo. Y no demostrar supremacía sobre los demás sino para compartirla.